Audiencia final del consejo, y ahora que?
 
Después de finalizar la sesión de consejo municipal realizada este viernes 21 de Agosto los arquitectos que asistimos a esa audiencia nos preguntábamos si ese seria el final de un largo peregrinaje .
 
Son  3 años desde que comenzó la iniciativa para buscar  la reforma del código de urbanismo y obra,  ya han pasado por ello  3 oficiales mayores de planificación y dos directorios del colegio de arquitectos.
 
En el inicio  se dio por actualizar todo el código de urbanismo, pero por la complejidad y dificultad se resumió  el cambio  hasta llegar a definir estratégicamente los más importantes temas como decir:  nuevas formas de zonificar la ciudad, los índices de aprovechamiento, alturas de edificación, retiros, parqueos etc.
 
Se conformó una comisión de parte del colegio para el apoyo y seguimiento, el ejecutivo del municipio a cargo de diferentes funcionarios de la oficialía de planificación realizaron una propuesta y una ordenanza.
Uno de los primeros problemas a mi parecer fue que la propuesta inicial no fue consensuada o desarrollada en complicidad del colegio de arquitectos, por tanto muy pocos la conocían.
 
El consejo municipal es, en cuestión, el que define si esta propuesta se aplica o no se aplica, en ellos esta la responsabilidad del cambio o del estancamiento. La verdad, los obstáculos siempre fueron los mismos: ineficiencia , dilatación y la carencia de un buen asesoramiento para el legislativo.  Nuestro obstáculo mayor, que éste es un tema meramente técnico que aparenta no tener visibles connotaciones con las necesidad de una ciudad y por esta razón no encuentra eco en la ciudadanía, mas bien es un tema de pocos entendidos y que no es rentable a la hora de conseguir votos y por ende jamás estará una junta vecinal o gremiales detrás de ellos.
 
Se buscan reformas parciales y no generales, hoy se busca que por medio de una ordenanza se cambien y  amplíen códigos que normen factores técnicos, que posibiliten la densificación de nuestra ciudad pero, mas allá de esto, ésta ordenanza se transforma en una válvula de escape para cientos de proyectos que están frenados por la vieja normativa que no refleja el dinamismo del crecimiento inmobiliario de la ciudad.
 
No nos mintamos. Esta norma no va a cambiar el rumbo de nuestra ciudad, no es una norma radical ni tampoco es una norma que vaya a mejorar o transformar la deteriorada ciudad. Tampoco es un nuevo código de urbanismo, sencillamente es una serie de normas que bajo cualquier sentido común son necesarias para el desarrollo de la ciudad.
 
Que difícil es actualizarse. Dónde está nuestra vibrante convicción autonómica?. El municipio tiene la competencia de formular los cambios y transformaciones que les venga en gana , tiene a un consejo municipal para que legisle, recomiende y active las reglas del juego, tiene a disposición a instituciones y colegios de profesionales que representan al ciudadano que están prestos para apoyarlos y asesorarlos.
 
En el divagar de la búsqueda de la nueva ordenanza apareció otra ordenanza realizada por el legislativo y que en esencia buscaba los mismos objetivos: densificación y valoración de nuevas centralidades, pero, como lo anteriormente citado, se olvidaron de la participación y consenso con los arquitectos.
 
En el análisis de ésta nos pareció que existían articulados y tópicos e interpretaciones distantes a la propuesta del ejecutivo. De alguna manera y con mucho esfuerzo la comisión del colegio tomó la decisión de fusionarlas  y buscar el consenso, dando como resultado una sola propuesta.
Desde el inicio sabíamos que las trabas eran un tema político y no técnico, que el legislativo se enfrentaba al ejecutivo, que los asesores eran desentendidos en la materia y que una abogada se quería transformar en urbanista. Algunos comentarios iban mas allá todavía, que los grupos de poder estaban interesado o desinteresados en este cambio ya que se iban afectar tierras y por tanto atentaban con la economía de algunos.
 
También se infiltro la demagogia de nuestro consejo ya que todos sin excepción intentan resolver todos los problemas de la ciudad  con discursos tras discursos y no se dan el tiempo de por lo menos conocer la propuesta a fondo. Algunos decidieron no asistir a la explicación como el concejal Oscar Vargas.
 
El caso es que nos escucharon, creo que están de acuerdo y ha quedado claro que tienen que aprobar la ordenanza lo mas pronto posible.
También ha quedado claro la presencia del colegio de arquitectos respaldada por mucho colegiados que nos propusimos hacer un cambio y si era necesario llegar al cacerolazo se lo iba hacer. Creo que esto es lo mas notable y ese ha sido el empuje que faltaba después de tanto tiempo, es necesario este activismo que primero busca un consenso y luego, gracias algunos interesados, se le da la constancia necesaria.
 
También ha quedado claro que si el ejecutivo o plan regulador no se apoya por el colegiado no llega a ningún lado y que los primeros convencido deben ser los arquitectos para que luego la respuesta al pedido de apoyo sea inminente.
 
 
 
Arq.Cesar Morón E.





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